Calà del Sasso

Detalles del itinerario. Periodo recomendado Primavera, Verano, Otoño Teléfono+39 0424 524351
Recorrido a pie, lleva botas cómodas y adecuadas para terrenos resbaladizos.

Existe quien enfrenta la subida y entiende pronto que, en realidad, está hecha para descender, puesto que de sólo verla se siente la fatiga encima. Es una escalera de 4444 gradas de caliza gris, sostenida por una cuneta que servía para dirigir al río Brenta los troncos destinados a Venecia, a fin de construir las naves de la Serenissima. Es una obra maestra de la artesanía vial, inmersa en un ambiente salvaje. La Calà del Sasso es la vía de acceso al Altiplano más difícil y secreta. La boca en alto se encuentra al lado del pueblo de Sasso de Asiago, abajo un poco lejos de la iglesia de  Valstagna. 

Construida a fines del 1300 cuando el Vicentino estaba en las manos de Gian Galeazzo Visconti y las comunas del Altiplano ya entonces litigaban. Foza impuso un peaje para quien deseara bajar al valle con las mercancías, entonces Gallio construyó una calle a lo largo de Val Frenzela y Asiago, para no ser menos, inventó la Calà. Devastada por el aluvión de 1966, ha sido restaurada al inicio del año dos mil, pero, debido a que está engarzada en la montaña, está expuesta a la nieve, lluvia y al bosque que quisiera recuperarla. Se sube (o desciende) 709 metros. Atención cuando la visite en invierno o después de un temporal: la piedra es lisa y peligrosa. Por lo tanto, ojo a las gradas…


Es un río de piedra, dijo el escritor-caminante Paolo Ruiz, después de haberlo subido, midiendo detalladamente los peldaños, todos “de cincuenta centímetros de paso y quince de desnivel”. Fue a buscar a Mario Rigoni Stern a Asiago y, una vez lo hizo incluso a pie, a lo largo de la antigua vía sumergida en los bosques de hayas, musgo y helechos.