Torcello

Uno de los asentamientos de la laguna véneta

Torcello sorprende por su atmósfera con gusto a antiguo y misterioso. Allí, la naturaleza avanza lenta y constante trepando entre las piedras de los refinados edificios bizantinos que dan testimonio del antiguo esplendor del lugar.

Como en Murano y Burano, fueron los habitantes de Altino los primeros que se establecieron en la isla para huir de las hordas bárbaras que invadieron Italia entre los siglos V y VII. Activo y próspero centro habitado de la laguna, distinguido por su floreciente industria lanera y por su producción de sal, mantuvo un alto nivel de vida social y artística hasta el siglo XVI.

Hoy en día, la vitalidad y la riqueza de la localidad, en una época fundamental para el comercio veneciano, dejan el puesto al silencio de una isla prácticamente deshabitada. Unas pocas casas aisladas, setos, prados salvajes y pequeños huertos hacen del lugar un oasis de paz lejano del bullicio de las calles venecianas.

El vasto complejo religioso de Torcello, de entre los más antiguos de la laguna de Venecia, está constituido por tres edificios dispuestos en torno a una plaza eclesiástica herbosa y unidos entre sí por un pórtico. La Catedral de Santa Maria Assunta, construcción véneto-bizantina aproximadamente del año 639, pero reestructurada en el año 1008, cuando tomó su forma actual, está flanqueada por el Campanario del siglo XI y por el Batisterio. Igualmente, se yergue detrás de esta catedral la Iglesia de Santa Fosca, edificio con planta en forma de cruz griega cuyos orígenenes se remontan al siglo XII. 
En el centro del espacio verde se sitúa el legendario Trono de Attila, asiento de mármol probablemente usado por el obispo o por los tribunos de la isla para administrar la justicia. Para los amantes de los museos, en los Palacios del Consiglio y del Archivio, se encuentra la sede del Museo del Estuario con sus salas Arqueológica y Medieval.

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