Jacopo Da Ponte, conocido como Bassano, es reconocido como uno de los principales y más incisivos intérpretes de la pintura véneta en la segunda mitad del siglo XVI, capaz de conquistar un espacio de gran originalidad al lado de otros grandes artistas de su época, desarrollando un marcado experimentalismo artístico, y manifestando en sus obras un gran vínculo afectivo con su tierra. Desde el naturalismo de los primeros años, Bassano abandona pronto la representación de la realidad para inspirarse en nuevos modos de pintura centro-italiana, y añadir a un estilo caracterizado por el protagonismo de la luz, del cual se exploran todas las posibilidades expresivas.

La ciudad de Jacopo, sede de su taller, mantenido activo y floreciente después de él, por sus hijos y por descendientes durante más de un siglo, es el telón de numerosas de sus pinturas, a menudo contempladas por el perfil del Monte Grappa; Bassano ha dedicado al artista un homenaje de honor, proponiendo en un diseño de exposición excepcional, la colección permanente de obras más consistente.

Pero una ruta en busca de testimonios del arte de Jacopo Bassano puede llevar a diferentes lugares del Véneto, desde los Museos Cívicos de Vicenza a las iglesias de Enego y Santa Caterina de Lusiana, en la Meseta de Asiago; no falta la posibilidad de llegar hasta Quero, en la zona de Belluno, o en Cittadella, en Padua, para llegar finalmente a Venecia, donde se conservan maravillosas obras de arte del Maestro en las Galerías de la Academia y en el Palacio Ducal.