Canaletto


Universalmente conocido con el sobrenombre de Canaletto, de origen confidencial y reservado al círculo íntimo, Giovanni Antonio Canal nació hacia finales del siglo XVII y se formó, trabajando desde muy joven en el taller del padre Bernardo, especializado en la producción de escenografías para decoraciones teatrales venecianas.

Después de la experiencia fundamental de una estancia en Roma, entre 1718 y 1720, el artista, de vuelta en Laguna, comenzó a reafirmarse como pintor de vistas, experimentando rápidamente un notable éxito en el mercado local, tanto por parte de entendidos y coleccionistas venecianos, como de numerosos extranjeros residentes en la ciudad. Entre estos últimos, el cónsul inglés, Joseph Smith, quien desempeñó un papel central para Canaletto, promoviendo la obra en el mundo anglosajón.

Dejando en Venecia un taller que funcionaba bien, donde trabajaba el sobrino de Bernardo Bellotto, hijo de una hermana del maestro, en 1746, Canaletto se mudó a Londres, donde se quedó casi diez años, conquistando la atención de la aristocracia e intelectuales del Reino.

Su regreso definitivo a su ciudad natal, en 1755, coincidió con el inicio de la última etapa, caracterizada por un tono más íntimo, no sin una continua y abundante práctica del diseño, forma de expresión que siempre había acompañado las diferentes fases de la producción artística canalettiana, caracterizada por el estilo rico en detalles, capaz de representarnos actualmente, de forma casi fotográfica, la realidad del pasado.

Las obras maestras de Canaletto se conservan en los museos de todo el mundo. En Venecia, las Galerias de la Academia y el Museo del siglo XVIII Veneciano de Ca’ Rezzonico custodian y exponen permanentemente importantes telas del artista. Además, el Museo Correr aloja una «cámara óptica», instrumento entonces utilizado para la representación de vistas, que la tradición define perteneciente a Canaletto.