Panoramas encantadores, aire fresco y puro, una naturaleza virgen y senderos solitarios contribuyen que tu estancia en Cadores sea regenerante. Fáciles paseos, excursiones a gran altitud e itinerarios en bicicleta de montaña, esquí alpino y raquetas de montaña, pero también historia y cultura, son solo algunas de las actividades para disfrutar de esta parte del territorio de Véneto.
En Pieve di Cadore se respira el arte. Basta visitar la casa natal de Tiziano Vecellio, el famoso pintor renacentista que ha dejado numerosos vestigios artísticos en todo el territorio bellunés. Y para aquellos que lo saben, en Pieve hay un bonito museo dell’occhiale que cuenta historia, técnica y arte de este precioso instrumento y el desarrollo de la industria óptica de Cadore.
Pero Cadore es también tierra de museos al aire libre. Vete a Cibiana, el “pueblo pintado”, y quedarás fascinado por las casas de piedra decoradas con grandes murales que narran la historia de los habitantes, de los oficios y de las tradiciones locales.
Al pie de las majestuosas Antelao y de las Marmarole, montañas incluidas en la lista del Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, encontrarás Calalzo di Cadore. En los meses de verano, aprovéchate de las tranquilas aguas del lago del Centro Cadore para tomar el sol o alquilar tablas de sup y canoas. Pero sobre todo, lleva tu bicicleta (o alquílala in situ) para disfrutar de la belleza de la Lunga Via delle Dolomiti, la pista ciclable que conecta el Cadore con Cortina d’Ampezzo.
