Un patrimonio histórico y cultural muy rico y un paisaje extraordinario, marcado por el majestuoso Macizo del Grappa y por las colinas de Asolano, atraviesan un sistema de producción vivo que se ha convertido en un punto de referencia para la manufactura y la producción enogastronómica.
El área entre Piedemonte del Grappa y Asolano es un territorio único, un tesoros de historia y de memoria que se presta a ser “descubierto” lentamente, a través de diferentes formas de turismo lento adecuadas para aquellos que desean combinar, de manera perfecta, naturaleza y cultura.
Entre los tesoros para descubrir se encuentran los testimonios de artistas como Andrea Palladio y Antonio Canova y muchos otros sitios con castillos del territorio. Pero también los signos de memoria dejados por la Gran Guerra, que vio en el Macizo del Grappa algunos de los momentos más dramáticos y que hoy en día siguen siendo una indeleble advertencia de paz.
Un paisaje en el que se alternan pequeños pueblos, villas, residencias históricas, parroquias y ermitas, pero que al mismo tiempo es un territorio vivo desde el punto de vista cultural, de gran interés enogastronómico y caracterizado por una excelente producción artesanal.
