Sant'Erasmo

Los huertos y los viñedos de la laguna veneciana

La isla de Sant’Erasmo puede ser considerada un oasis de paz y tranquilidad, lejos del caótico flujo turístico de la cercana Venecia. Su fuerte carácter agrario tiene orígenes antiguos: aquí, entre Murano, Burano y Punta Sabbioni, en una franja de tierra ganada al mar, desde la Edad Media se cultivan frutas y verduras que servían para abastecer a la ciudad.

La tranquilidad y la soledad de este lugar permitía a los pocos campesinos que vivían allí cuidar de huertos y viñedos intercalados por ghebi, canales poco profundos que dibujaban sobre el suelo un parcela ordenada. El ritmo lento y rural de la isla contrastaba con el tráfico y el caos de la comercial de Venecia, haciendo de Sant'Erasmo un tranquilo rincón del campo.

Hoy en día Sant’Erasmo está conectado con tierra firme por un ferry que la conecta con Cavallino Treporti y con un barco que sale del Fondamenta Nuove de Venecia. Los visitantes siguen apreciando la serenidad que reina en la isla, que conserva su vocación agrícola celebrada cada año en dos grandes eventos: la fiesta de mayo de la famosa alcachofa violeta (Presidio Slow Food) y la de octubre dedicada al mosto.

La isla tiene aproximadamente cuatro kilómetros de largo y es ideal para un paseo en bicicleta o a pie. Además de los campos sembrados de hortalizas, frutales y viñedos se puede visitar la Torre Massimiliana – fortaleza construida por los austriacos en los primeros años del 1800 y recientemente restaurada-  y la Chiesa del Cristo Re, reconstruida sobre la antigua chiesa dei Santi Martiri Erme ed Erasmo.

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