La Virgen de la Corona

Detalles del itinerario. Periodo recomendado Primavera, Verano, Otoño Teléfono+39 045 7220014

El Santuario diocesano de Verona de la Virgen de la Corona está abierto todo el año en los siguientes horarios: de noviembre a marzo de las 8 a las 18 horas y de abril a octubre de las 7 a las 19.30 horas.

Suspendido entre tierra y cielo, prendido a una pared rocosa del Monte Baldo, el sugestivo Santuario de la Virgen de la Corona es un lugar sagrado de belleza encantadora tanto por la espiritualidad que allí se respira como por la originalidad del paisaje que lo rodea. El Santuario, perteneciente a la Diócesis de Verona, se encuentra en Spiazzi, pedanía de Ferrara di Monte Baldo.

La pequeña iglesia primitiva, de dimensiones modestas, fue construida para celebrar la aparición milagrosa de la estatua de la Dolorosa, justamente denominada de la Virgen de la Corona, que la tradición indica haber aparecido el 24 de junio de 1522. En el curso de los siglos se ejecutaron numerosas intervenciones de reestructuración y ampliación y hoy en día este Santuario atrae innumerables devotos desde todas partes.
Engastados en la roca, la fachada y el campanario son de estilo neogótico, mientras que el interior de la iglesia es de estilo clásico, de cruz latina, dominada por un gran cúpula.

Por más de tres cuartas partes la construcción está incrustada debajo de un techo de roca, visible por momentos desde el interior del edificio. El complejo, a pique sobre el Valle del río Adige es alcanzable con mini-bus y también a pie, recorriendo el antiguo sendero del peregrino (aproximadamente dos horas de subida, 1 de bajada): se parte de Brentino en Val d'Adige y se recorre una larga escalinata compuesta por 1540 peldaños tallados en la roca hasta llegar al maravilloso Santuario.

Sumergido en la atmósfera alpina del Monte Baldo y envuelto en el silencio de la naturaleza el Santuario de la Virgen de la Corona parece estar suspendido en el vacío. La religiosidad invade estos lugares y a quienes los visitan, mientras que el estupor es natural frente a la capacidad humana de construir una obra tan audaz.


La pared izquierda y el ábside están formados por la roca natural del monte, que también se puede ver a tramos como techo desde el interior del edificio. La misa de medianoche en Navidad y Fin de Año es, seguramente, una experiencia inolvidable.