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Desde junio de 2012, se ha añadido una nueva perla a la colección de bienes protegidos por la Unesco en la región de Véneto: tres de los ciento once Sitios Palafíticos del Arco Alpino, que han entrado a formar parte de la Lista del Patrimonio Mundial, se encuentran en nuestro territorio regional.
Promovida por Suiza, que sola alberga cincuenta y seis áreas arqueológicas, la candidatura involucró a seis países en total: además de Italia, Austria, Francia, Alemania y Eslovenia, con lugares para descubrir seleccionados entre más de mil sistios europeos conocidos, que datan del 5000 y el 500 a.C.
La ubicación en terrenos hidromorfos ha permitido la conservación en ambientes anaeróbicos de madera, restos de comida, herramientas y productos manufacturados incluso en materiales orgánicos perecederos, lo que hace que estos sitios sean contextos de extraordinario interés científico para el estudio de las sociedades campesinas más antiguas de Europa, a través de 4000 años de historia de la humanidad.
Gracias a los sofisticados equipos disponibles para las técnicas de encuesta actuales, se ha podido seguir con extrema precisión la evolución del cambio climático, del medio ambiente y del proceso de civilización, desde el Neolítico hasta la Edad de Hierro.
De estos sitios arqueológicos, diecinueve se encuentran en territorio italiano, ubicados en cinco regiones: Lombardia, Trentino-Alto Adige, Veneto, Friuli-Venezia Giulia y Piemonte; por otra parte, es en Italia, en el Lago di Varese, donde se descubrieron las estructuras palafíticas más antiguas, que se remontan a principios del Neolítico.
Hay dos localidades en la provincia de Verona: una en Peschiera del Garda, entre Belvedere y Frassino, y otra en Tombola, cerca de Cerea; en la provincia de Padua se localizó un importante sitio en el Laghetto della Costa en Arquà Petrarca, al pie de las Colinas Euganeas.
