A los pies del Monte Grappa, Possagno está dominada por la cándida edificación del Templo Neoclásico, diseñado por el célebre Antonio Canova, artista que nació en esta ciudad en 1757. La solemnidad de su columnata dórica y la elegancia de su cuerpo central, inspirado en el Panteón, dibujan una estructura de una belleza que no entiende de épocas. Sólo el ábside, en posición elevada al modo de las basílicas, evoca la dimensión cristiana del edificio, pensado como iglesia parroquial y dedicado a la Trinidad. En su interior, se pueden ver obras maestras de Canova: la Piedad de bronce, el Autorretrato de mármol, las Metopas de yeso, el gran Lienzo del altar mayor y la Tumba.
Para conocer a fondo la figura del gran artista, sus obras y su método de trabajo, es de obligada visita la Gipsoteca, en cuyo interior se conservan yesos que Canova utilizaba como modelo para sus esculturas de mármol.
Bajo la amplia bóveda de cañón, ofreciendo una vista muy sugestiva, se suceden las cándidas formas de sus obras más famosas, que culminan en el ábside, donde que destaca el grandioso modelo de Hércules y Lica.
Particularmente apreciada por millones de turistas resulta el ala Scarpa, realizada por el famoso arquitecto veneciano Carlo Scarpa en 1957, donse se encuentra una excepcional distribución de la colección de los Bocetos de Canova en terracota, óperas "primas" de entre las más admiradas por la crítica y el público.
También se puede visitar en Possagno la casa de Canova, en cuyo interior se ha dispuesto una exposición de sus colecciones: pinturas, grabados, algunos mármoles y nada menos que sus instrumentos de trabajo y algunos trajes del artista.
