Foto credits Castello di San Pelagio - Museo del Volo
El Museo del Vuelo

Foto credits Castello di San Pelagio - Museo del Volo
Detalles del itinerario. Periodo recomendado Primavera, Verano, Otoño, Invierno Teléfono +39 049 9125008

 Los niños son los protagonistas: en el Castillo de San Pelagio se organizan visitas guiadas además de talleres para grupos escolares y turísticos así como actividades teatrales.

El Castillo de San Pelagio se encuentra rodeado por tres hectáreas de áreas verdes. Nos encontramos en Due Carrare, en la provincia de Padua.

Este es el lugar que, entre 1917 y 1918, acogió al poeta Gabriele D'Annunzio mientras se preparaba para sobrevolar Viena, un recordado episodio de la Gran Guerra que cambió el destino del castillo. Como consecuencia, la familia Zaborra, propietaria de la villa, decidió transformar parte de la propiedad en el Museo del Vuelo.

Un museo que narra en sus 35 salas la historia recorrida por el hombre en el descubrimiento del cielo y del espacio. Es así que podrás descubrir la historia del vuelo desde la mitología hasta el vuelo de las aves, y desde los estudios de Leonardo da Vinci hasta las más recientes conquistas espaciales.

Podrás observar de cerca modelos a escala y miniaturas de hidroaviones y dirigibles, así como del globo aerostático que sobrevoló por primera vez los cielos de París. Una experiencia educativa y divertida: las salas emocional e inmersiva te transportarán en un vuelo de imaginación a través de proyecciones, juegos de luz y efectos de sonido.

Pero la diversión no se acaba aquí. En el parque podrás pasear entre los aromas de miles de rosas, árboles centenarios y pasajes arbolados. Podrás también poner a prueba tu sentido de la orientación en el Laberinto del Minotauro y recorrer el laberinto univiario del "Forse che sì forse che no” (Puede que sí, puede que no, dedicado a Gabriele d'Annunzio), en el que los más pequeños pueden descubrir la historia de los árboles y las plantas.


Un lugar que contiene maravillas por descubrir en cada rincón: en el interior del jardín por ejemplo, encontramos el Brolo, una mezcla entre un jardín ornamental y un huerto, donde se conserva un árbol frutal particular conocido como "biricoccolo", que produce frutos dulces con aroma albaricoque.