Entre los tratamientos puestos a disposición por las termas del Véneto, las grutas termales representan una particular modalidad terapéutica. Constituida por cavidades geológicas naturales o artificiales, en la gruta se presenta una fuente de agua termal mineral a alta temperatura que satura el ambiente de vapor. Esta también puede ser introducida artificialmente para preparar el ambiente para el tratamiento de los pacientes que son recibidos en su interior.
La diferencia entre los distintos tipos de grutas termales atañe la temperatura del agua mineral presente, su composición química, la tasa de humedad y el grado de ionización del aire. El efecto que se desea inducir a través de la aplicación de este tratamiento es una intensa sudoración que favorece la eliminación de desechos metabólicos, desempeña una función desintoxicante, activa la circulación y tonifica todo el organismo.
El paciente es conducido hacia específicas grutas dotadas de un microclima particular que contribuyen en el tratamiento de algunas enfermedades que afectan el aparato respiratorio, enfermedades metabólicas, algunas formas de neuroartritis y en la rehabilitación post trauma.
Entre los centros termales de la región de Véneto donde se aplica esta forma de terapia termal se destaca el de Bibione por su característica instalación dotada de una cascada cuya agua, al caer desde lo alto, genera naturalmente el vapor que satura el ambiente.
También en los demás establecimientos de las Termas Euganeas, la terapia de la gruta termal acompaña a la fangoterapia y a la balneoterapia. La unicidad del agua que brota en esta zona se utiliza para generar el vapor empleado en las grutas termales. Un lugar ideal para renovarse y encontrar el equilibrio psicofísico.
