Los colli Euganei son colinas de origen volcánico que se encuentran al sur de Padua. Constituyen un oasis verde que emerge del paisaje plano de la llanura padana y que esconde, entre densos bosques y panorámicas impresionantes, antiguas aldeas y testimonios artísticos e históricos. A los pies de estas colinas surgen, a poca distancia la una de la otra, las termas de Abano y Montegrotto. Conocidas desde la época romana por las extraordinarias propiedad terapéuticas de sus barros y de sus aguas, son una de las circunscripciones termales más famosas del mundo.

En Montegrottose puede visitar, entre otros, el área arqueológica principal de los Euganei, con baños y canales de la época romana republicana y augusta. Desde aquí, es posible adentrarse en las laderas de las colinas hacia Torreglia. Una vez superado Galzignano, se llega a la aldea de Valsanzibio, con su imponente villa Barbarigo, cuyos jardines a la italiana del siglo XVII son únicos en su género en el Véneto.

Dejando atrás el verde de las colinas, se llega a Battaglia, que en una época fue una importante estación fluvial, -la cual se encuentra en el canal homónimo-, hoy sede del Museo de la Navegación, donde se recogen testimonios de las actividades ligadas al transporte de mercancías desde los Euganei hasta la laguna. Pasando de nuevo entre las colinas, se alcanza la medieval Arquà Petrarca, aldea donde se encuentra la casa en la que el poeta Francesco Petrarca pasó sus últimos años. La siguiente etapa se desarrolla en Monselice, localidad amurallada dominada por un cerro aislado, sobre el que se yergue la Rocca, fortaleza de origen medieval rica en decoración antigua, armas y obras de arte.

Poco después, se llega a Este, antiguo municipio ya habitado en el siglo IX a.C., donse se conserva un castillo circundado por murallas de los Carreresi de casi un kilómetro de longitud, interrumpidas por torreones y coronadas con almenas. El itinerario prosigue hacia Cinto Euganeo y Tèolo. Una vez superados estos dos centros, una desviación hacia la izquierda, cortada por árboles seculares, conduce hacia la abadía de Praglia: fundada en el siglo XI, está constituida por su iglesia de la Assunta del siglo XV, por un monasterio con sus diversos claustros y por un refertorio monumental. Conserva una rica biblioteca con más de 50.000 volúmenes. Aquí, los monjes se dedican a la restauración de documentos, libros y a la herboristería.