La arquitectura tiene el poder de plasmar el espacio, de hacer sentir a gusto en la realidad moderna y de responder a nuestra necesidad de "valores estéticos" incluso en la vida cotidiana.
Consciente del papel fundamental que desempeñan las obras de los arquitectos de calidad en el plano social y cultural, la Región del Véneto ha querido escoger cuatro ejemplos de realizaciones recientes que, ciertamente, no son exhaustivos de una realidad difusa, sino que representan la potencialidad de la arquitectura contemporánea.

El primer proyecto es el Centro de Comunicación FÁBRICA realizado por el grupo Benetton por parte de Tadao Ando, arquitecto-carpintero-boxeador, en Catene di Villorba (Treviso).
Aquí, la nueva arquitectura se funde con la villa del siglo XVII preexistente dando vida a una obra nueva que aúna la arquitectura romana clásica y en la que el tiempo parece no existir.
El rigor ascético de Fábrica deja lugar a la fuerza del "Cubo Nero", centro logístico y almacén automatizado de Dainese en Vicenza, que reclama en los colores, en las formas y en la función el detalle del producto: todo ello, de motociclista.
Otro impacto diferente tuvo el proyecto de Massimiliano Fuksas para Nardini en Bassano del Grappa en el que el arquitecto quiso contraponer a las burbujas de vidreio de los laboratorios, suspendidas en el espejo de agua, la pesada corporalidad del auditorio hipogeo.
Finalmente, el proyecto de conmemoración de las víctimas del 11S; una especie de libro de la historia en el que Daniel Libeskind encastó una de las vigas de acero, derrumbadas y quemadas durante la tragedia, en memoria y como advertencia para las generaciones futuras.