Desde siempre, la arquitectura ha desempeñado un papel protagónico en la cultura y la identidad de Véneto; desde la Arena Romana del centro histórico de la ciudad de Verona, pasando a través de las monumentales obras medievales de la isla de Torcello, o, más en general, desde las innumerables maravillas de Venecia, extravagante ciudad que surge sobre el agua, hasta llegar a las obras de Carlo Scarpa.

Y esto no es todo. Los diseños aquí realizados primero por Andrea Palladio y después por Vincenzo Scamozzi y por sus sucesores, han influenciado gran parte de la construcción monumental, tanto en Europa como más allá del océano, a partir del siglo XVII.

Hoy, siempre más a menudo, tenemos la posibilidad de albergar arquitectos de fama internacional, comprometidos en la realización de grandes obras para la recalificación y la valorización del territorio: basta pensar en el Memoria e Luce (Memoria y Luz), monumento conmemorativo de las víctimas del atentado del once de septiembre al World Trade Center, diseñado por Daniel Libeskind para la ciudad de Padua; o bien el tercer puente sobre el Canal Grande, obra de Santiago Calatrava; o a las famosas "Burbujas" para la destilería Nardini en Bassano, diseñadas por el arquitecto Massimiliano Fuksas; sólo para citar algunos de los episodios más recientes y significativos.